Un Especialista en Salud Mental en una planta de Medicina Interna.
¿Qué hace una enfermera especialista en salud mental en una planta de medicina interna?
Pudiera parecer un chiste... pero nada más lejos de la realidad!!
Quizás muchas veces no llegue a ser del todo consciente de lo grande que es
mi profesión, LA ENFERMERÍA. Y digo quizás, pues sólo y cuando te encuentras y
experimentas entornos y contextos
distintos, pero verdaderamente, cuando las necesidades requeridas por las
personas varían y cambian, te haces consciente de la vital y gran labor que
desarrolla este “mi colectivo”.
Por circunstancias ajenas a mi elección, me he visto inmerso en un universo
totalmente distinto al que por mi trayectoria formativa y profesional venía
desempeñando hasta principios de este verano de 2017. Como ya sabéis, soy
enfermera de salud mental. Sin embargo, el 3 de Mayo inicié un contrato para
cubrir una baja por maternidad en la quinta planta del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de
Málaga, perteneciente a la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Interna –
Infecciosos. Justamente han sido 5 los años que hacía de no salir del mundo de
la psiquiatría, y, a quien no mentir, enfrentarte a otra realidad, salir de tu
zona de confort, estremece a cualquiera.
Los primeros días fueron similares a como cuando prácticamente te
incorporabas al mundo laboral tras terminar la carrera universitaria: por un
lado, descubrir y hacerte con la unidad, presentarte, conocer e iniciar el
trabajo con tus compañeros de equipo, desenvolverte con la dinámica del
servicio…, y por otro, todo lo concerniente al paciente: patologías varias, requerimientos y cuidados específicos,
tratamientos y abordaje terapéutico, etc.
Tras más de tres meses ya trabajados en el lugar, aún sientes como en
determinadas ocasiones requieres de la aprobación compartida por veteranos en
la toma de ciertas decisiones en cuanto a que el cuidado seleccionado sea lo
más efectivo posible.
Podría pararme a exponer la multitud de prejuicios que he tenido en este
tiempo sobre la discontinuidad que este contrato tiene o pueda tener en mi
trayectoria profesional, reflexionar sobre la importancia de la calidad de los
cuidados y su relación con la continuidad asistencial, etc. Pero creo que lo
mejor es mirar en positivo la experiencia, pues de todo se aprende y, todo
aporta y suma en mi crecimiento personal y profesional.
Al fin y al cabo, he tenido la oportunidad de compartir, aplicar y poner en
práctica habilidades y competencias adquiridas en mi proceso de
profesionalización como enfermera de salud mental en otro setting, es decir, lo
que Bleger* llama encuadre (el conjunto de constantes gracias a las cuales
puede desarrollarse el proceso terapéutico). Y digo bien “sólo en otro setting”
y no en otros destinatarios de mis cuidados, pues tengo claro que mi trabajo
como enfermera asistencia implica el actuar o hacer por la persona, el guiar u
orientar, el enseñar, el apoyar físicamente y/o promover el entorno, sin llegar
a distinguir o clasificar a las personas por su patología. No debemos nunca
olvidar que “Somos Personas en Interacción con Personas”, la patología, tan
solo, desviaciones del estado de salud a las que hacemos frente con nuestros
cuidados.
*Bleger, José. Psicoanálisis del encuadre psicoanalítico. In: Bleger, José. Simbiosis y ambigüedad: estudio psicoanalítico. Buenos Aires: Paidós, 1967.
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