#HUMANIZACIÓN Vs. #CARISMA_ENFERMERO


“Sin Humanización no podríamos hablar de Cuidados Enfermeros”

Hoy más que nunca es de actualidad en el mundo de la enfermería, y de la salud en general, hablar de esa búsqueda desesperada por lo humanizado. Congresos, jornadas, seminarios, cursos, redes sociales y demás formatos y/o puntos de encuentro de profesionales e incluso, de pacientes o personas con intereses y/o preocupaciones por algún aspecto sobre su salud, abordan cuestiones en relación a la humanización de la atención y cuidado dado, experimentado, recibido y/o percibido.

Esta avalancha de información propagandística y con tan escasa repercusión (en mi opinión) constructiva para el cambio, me obliga a inmiscuirme en un proceso de autorreflexión, en donde, partiendo de la premisa de que “la esencia de la profesión enfermera es el cuidado, y, pese a ser consciente de que no sólo las enfermeras/os cuidamos, sino que es el cuidar lo que sintetiza y da sentido a la palabra enfermera” (Olivé e Isla, 2015), me surge el siguiente planteamiento:

Como profesional, y en base a una serie de factores tanto intrínsecos como extrínsecos, puedo entender que llegado un punto, en un determinado momento e incluso, entorno, contexto y/o situación concreta, se pueda “DES-CUIDAR” las intervenciones y atención prestada… pero, ¿realmente podría brindarse un Cuidado Deshumanizado?

La naturaleza del cuidar está íntimamente ligada a la naturaleza humana, es el primer acto de vida. Cuidar es el proceso social que forma parte de la propia experiencia, ayuda a la supervivencia y hace posible la existencia, los cuidados son transmitidos y prodigados por las manos, por el tacto y el contacto cuerpo a cuerpo (Domínguez Alcón, 1989; Colliere, 1996).

Por lo tanto, la humanización está presente en todos los seres humanos nada más por el simple hecho de serlo, pues todos y cada uno de nosotros somos agente de  autocuidados, quedando desligado al completo, desde mi punto de vista, el carácter humanizado-deshumanizado del cuidado.

Entonces, ¿Qué o cómo entiendo todo lo que concierne al auge por la humanización de los cuidados? Pues epistemológicamente lo englobo en el:

#CARISMA_DE_LA_ENFERMERA

El Carisma se define como "la especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar" a otras. Desde un punto de vista religioso el vocablo carisma proviene del griego y se traduce en "Don gratuito que Dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad". En psicología, se reconoce a una persona carismática cuando tiene la habilidad de motivar o de entusiasmar a quienes les rodean con el objeto de alcanzar metas.

Y, ¿Cómo articulo su relación con la Enfermería? Pues a través de la:

#PRESENCIA_ENFERMERA

El objetivo del cuidado enfermero es facilitar al individuo, familia y/o comunidad el poder llevar a cabo y mantener por sí mismo las acciones de autocuidados (Prado et al. 2014). Para esto es importante que el profesional de enfermería adquiera las habilidades comunicativas y posea empatía con los demás para poder establecer, a su vez, los vínculos necesarios que favorezcan los cuidados relacionales (ANESM, 2014). El carisma de la enfermera es por lo tanto una cualidad unánime por la que, con su sola PRESENCIA, logra que otros se sientan mejor.

Multitud de factores, entre ellos, la tecnificación del cuidado, han contribuido al desgaste y debilitamiento de este gran valor moral del cuidado enfermero. Sin embargo, y por fortuna, este aspecto es modificable; Muchos autores plantean que se nace con carisma. Otros tantos, defienden la tesis de que el carisma se aprende como toda habilidad. En mi opinión, considero que el ser humano como ente bio-psico-social requiere de un componente genético, de la predisposición mental y psicológica y de un aprendizaje social para desarrollar la condición carismática, la cual, le servirá como elemento facilitador en su propio liderazgo.

Y es que el carisma, es una fuerza interna que todos poseemos y para desarrollarla, tan sólo debemos interesarnos por las personas  y probarles, con la constancia, el esfuerzo y el ejemplo, nuestra legítima preocupación por ellas.



SOMOS SERES HUMANOS CUIDANDO E INTERACTUANDO CON SERES HUMANOS,
!RECUPEREMOS EL MAGNETISMO ENFERMERO¡



Bibliografía

-          Olivé Ferrer Mª Carmen, Isla Pera Mª Pilar, (2015). El modelo Watson para un cambio de paradigma en los cuidados enfermeros. Rev ROL Enferm  38(2): 123-128

-          Domínguez Alcón, Carmen, Josep A. Rodríguez, y J.M. De Miguel, (1983). Sociología y enfermería Madrid: Pirámide.

-          Colliere, Françoise, (1996). ”Cuidar...asegurar el mantenimiento y continuidad de la vida” Índex de enfermería V(18):9-14.

-          Prado Solar, Liana Alicia, González Reguera, Maricela, Paz Gómez, Noelvis, & Romero Borges, Karelia, (2014). La teoría Déficit de autocuidado: Dorothea Orem punto de partida para calidad en la atención. Revista Médica Electrónica, 36(6), 835-845.

-          Asociación Nacional de Enfermería de Salud Mental, (2014). In: XXXI Congreso Nacional de Enfermería de Salud Mental. Los cuidados enfermeros desde una aproximación relacional. 1668 pág.


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